Estas teorías son increíblemente fiables en su propio campo, pero cada vez que tratamos de combinarlas para descubrir los secretos más profundos del Universo entran en contradicción.
Para describir el Universo a gran escala, utilizamos una serie de leyes: la teoría de la Relatividad General de Einstein, la cual explica el funcionamiento de la gravedad. Nos muestra el espacio como una especie de cama elástica. Un suave tejido que los cuerpos pesados, como las estrellas o los planetas pueden deformar y estirar. Según esta teoría dichas curvaturas generan lo que sentimos, como la gravedad. Es decir, la atracción gravitacional que mantiene a la Tierra en su órbita alrededor del Sol no es más que nuestro planeta siguiendo los contoneos que el astro rey forma en el tejido espacial. Pero el espacio va mucho más allá de esta versión tan agradable, suave y delicada que describe la teoría de la Relatividad.
Para comprender el Universo de lo extremadamente pequeño debemos utilizar otras leyes. Las de la mecánica cuántica. La mecánica cuántica nos aporta una visión tan diferente de la Relatividad General, que parece que cada una describe un Universo completamente distinto.
La mecánica cuántica explica el funcionamiento de los electrones, átomos y partículas subatómicas que existen en nuestro Universo en una múltiple variedad de estados, sus fuerzas y como interactúan entre ellas.
La física cuántica sugiere que el vacío es otra cosa aparte de vacío, con las partículas virtuales regularmente entrando y saliendo de la existencia en instantes de tiempo de Planck ( intervalo de tiempo más pequeño que puede medirse). La naturaleza corpuscular de la gravedad propuesta también exige que las partículas de gravitón interactúan con la gravedad. Por lo tanto, para apoyar una teoría de gravedad cuántica deberíamos esperar encontrar una evidencia de un grado de granularidad en la infraestructura de espacio-tiempo.
Sin embargo, los teóricos tienen la esperanza de unificar la relatividad general a gran escala y en pequeña escala con la física cuántica mediante el establecimiento de una teoría basada en la evidencia de la gravedad cuántica.
El 19 de diciembre de 2004, el observatorio espacial INTEGRAL de rayos gamma detectó un estallido de rayos gamma GRB 041219A, una de las más brillantes explosiones registradas. La salida de radiación de la explosión de rayos gamma mostró indicios de polarización - y podemos estar seguros de que cualquier efecto a nivel cuántico fue más acentuado por el hecho de que la explosión ocurriera en una galaxia lejana y que la luz haya viajado a través de más de 300 millones de años luz de vacío para llegar hasta nosotros.
Cualquier grado de polarización que se pueda atribuir a la subestructura del vacío, sólo sería visible en la parte de rayos gamma del espectro de luz - y se encontró que la diferencia entre la polarización de las longitudes de onda de rayos gamma y el resto del espectro fue indetectable.
Los autores de un artículo reciente basado en los datos de INTEGRAL afirman que lograron una resolución a escalas