Próxima Centauro

Nuestra vecina más cercana a nuestro Sol es Próxima Centauri, una pequeña estrella roja enana a 4,22 años luz de distancia de nosotros, tercer miembro del sistema estelar triple Alfa Centauri. Con sólo el 10% de la masa del sol y el 0,006% de su luminosidad Próxima Centauri es una estrella fulgurante que ocasionalmente aumenta su luminosidad debido a alteraciones en su actividad magnética. El campo magnético es generado por corrientes de convección por toda la estrella, y las erupciones resultantes producen tanta cantidad de rayos x como el Sol. A causa de los procesos de mezcla del combustible nuclear que se producen en su núcleo y a la relativamente baja tasa de producción de energía que tiene, Próxima permanecerá en la secuencia principal durante 4 billones de años (unas 300 veces la edad actual del Universo).

La búsqueda de compañeros orbitando a Próxima Centauri no ha tenido éxito, descartando la presencia de enanas marrones y planetas supermasivos. Medidas de precisión de su velocidad radial también han descartado la presencia de superTierras dentro de la zona de habitabilidad de la estrella. La detección de objetos menores requerirá el uso de nuevos equipos, tales como la propuesta Misión Espacial de Interferometría. Dado que Próxima Centauri es una enana roja fulgurante existe controversia sobre si un planeta que la orbitara podría albergar vida. Debido a su proximidad, sería un posible destino para un hipotético viaje interestelar. Próxima es un mal candidato para albergar vida. Si esta pequeña estrella tiene planetas, la mayoría de ellos serán tan oscuro y frío como el resto del universo. Pero muy cerca de la estrella, entre 0,05 y 0,1 UA, la temperatura media estará por encima de cero.

Su distancia, 4,24 Años Luz, puede parecer insignificante con respecto a los miles de millones de años luz de las estrellas más alejadas y, sin embargo, ello equivale aproximadamente a unas 7.000 veces la distancia que nos separa de Plutón, el planeta enano del sistema solar. Para cubrir una distancia semejante, una astronave convencional como el "Space Shuttle", emplearía algunas decenas de miles de años. No obstante, ya se están proyectando astronaves a propulsión nuclear como Orión y Dédalo, que podrían viajar al 10 o al 20 % de la velocidad de la luz (300.000 km/s).